Nada
como los excesos para producir resultados no deseados. Y es que algo es
excesivo cuando hace daño o puede provocarlo.
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El que
aprieta mucho la tuerca se lleva la rosca. (Cuba)
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Hasta el
néctar es veneno si se toma en exceso. (India)
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La cuerda,
de muy templada revienta. (San Salvador)
Muchas veces el individuo actúa sin medida,
aun sabiendo cómo debe obrar y qué debe evitar, porque es incapaz de refrenarse
ante intensos deseos, lo cual es debilidad con uno mismo o incapacidad para la
abstinencia.
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Quien es
esclavo de su cuerpo, no es verdaderamente libre. (Séneca)
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El apetito
ciego. ¡A cuántos precipita!
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No te
hagas ciervo de tus deseos, se digno.
También se puede ser excesivo por
falta de control ante la propia afectividad.
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… la
pasión violenta destruye a quien la tiene y hace que los enemigos se rían de
él. (Eclesiástico: 6,4)
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… el
ímpetu de la pasión lleva al hombre a la ruina. (Eclesiástico: 1,22)
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El fin de
la pasión es el comienzo del arrepentimiento. (Benjamín Franklyn)
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No te
dejes llevar de la pasión para que no destroce tu fuerza como un toro.
(Eclesiástico: 6,2)
O ante los impulsos.
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Como
ciudad sin muralla y expuesta al peligro, así es quien no sabe dominar sus
impulsos. (Proverbios: 25,28)
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El necio
da rienda suelta a sus impulsos, pero el sabio acaba por refrenarlos. (Proverbios:
29,11)
Pero si bien el actuar excesivamente
es improductivo y generador de malos resultados, no menos lo es el actuar con
insuficiencias.
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Tan malo
es pasarse como no llegar.
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Ni tanto
arre que huya, ni tanto so que pare. (España)
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Ni tan
frío que hiele, ni tan caliente que pele.
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Ni tan
alto que llegue al cielo, ni tan bajo que se arrastre por el suelo.
Una causa común de actuar
insuficientemente es la incapacidad para vencer la falta de deseos o el rechazo
a realizar en tiempo y forma actividades necesarias, lo cual, de hacerse de
forma mantenida empobrece la propia existencia al punto de hacerla miserable.
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Cuando es
tiempo de arar, el perezoso no ara; pero al llegar la cosecha, buscará y no
encontrará. (Proverbios: 20,4)
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La pereza
camina tan despacio que enseguida la alcanza la pobreza.
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La mitad
de la pobreza es pereza. (Yugoslavia)
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Los
premios del holgazán son tres: vergüenza, enfermedad y miseria. (Inglaterra)
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Mano perezosa
vida dolorosa. (Checoslovaquia)
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El que
espera que las frutas le caigan en la boca, felicidad tendrá poca.
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Dormido el
león, no entran venados en su boca. (Panchatantra)
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El lobo
acostado no coge una presa ni el hombre dormido la victoria.
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Gato que duerme
no caza ratón.
CONSIDERACIONES FINALES
Como actitudes inadecuadas ante los propios
deseos, estados afectivos e impulsos pueden mencionarse la incontinencia y
debilidad del que actúa con excesos aun sabiendo cómo debe obrar y qué debe evitar;
así como la incapacidad para vencer la falta de deseos de realizar en tiempo y
forma actividades necesarias.
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