miércoles, 2 de mayo de 2018

Enojo propio.

 
El enojo es un estado afectivo básico que nos prepara para enfrentar amenazas y en este sentido es positivo, pero con relación a su manejo existen desviaciones. Un grupo de ellas se debe a deficiencias en el desarrollo moral que hace que la persona se enfade por causas inapropiadas, contra quien no debe, de manera incorrecta o en el lugar o momento inadecuados, por lo que sus acciones no son efectivas y con ellas sus problemas no se resuelven, sino que se mantienen igual o empeoran.
-       La gentecilla se enoja pronto. (Inglaterra)
-       El necio dispara pronto sus dardos. (Inglaterra)
-       Las vasijas de barro se prueban en el horno; al hombre se le prueba en una discusión. (Eclesiástico 27,5)

Otra desviación importante es la falta de capacidad para controlarse que se manifiesta en una agresividad desordenada y socialmente inadecuada, por lo general súbita, luego de la que casi siempre existe arrepentimiento, lo cual es ira.
-       Los otros vicios empujan el ánimo, la ira lo lanza.

Dominado por ella la persona siente, con error, que está en posesión de toda la razón y todo el derecho y en su afán de encontrar desquite al supuesto agravio no es capaz de medir el alcance de sus acciones y palabras, las cuales, por lo general, terminan siendo excesivas.
-       La ira es una ráfaga de viento que apaga las lámparas de la inteligencia.
-       La ira es locura, el tiempo que dura.
-       Cuando la ira entra, la razón sale.
-       El que fácilmente se enoja, hará locuras.


Debido a su irracionalidad con frecuencia enfrenta peligros innecesarios para los cuales no está preparado por lo que sus acciones pueden terminar trayéndole consecuencias peores que la propia ofensa que las causó.
-       Si la ira no se contiene nos hará más daño que la injuria que la provocó.
-       Si te enfadas, piensa en las consecuencias.
-       El que mucho se enoja, recibe su merecido. (Proverbios 19,19)

Hay quien conociendo la debilidad del iracundo lo provoca para que se descontrole en circunstancias inadecuadas y se coloque así en desventaja.
-       Fácil de provocar, fácil de controlar y derrotar.
-       Nada como la ira para causar derrotas.
-       El hombre iracundo se derrota a sí mismo en la batalla, así como en la vida.

En el otro extremo vicioso se encuentra el que no se enoja con quien debe en ninguna circunstancia, lo cual es pasividad. Y como no se hace respetar no lo respetan.
-       Todo el mundo abusa del infeliz.
-       El muro bajo todos lo suben.
-       Al endeble todos se le atreven.

Como propuesta de actitudes saludables se encuentra el evitar el descontrol y enfadarse con quien se debe, en un grado adecuado, con propósitos justos y del modo correcto, lo cual es justa indignación.
-       El sabio... En sus acciones, ama encontrar el momento adecuado. (Lao-Tse)
-       En la oportunidad está el triunfo.

También el abstenerse de actuar embriagado de enojo y evitar así las acciones excesivas y motivos de arrepentimiento que por experiencia propia se sabe que casi siempre se derivan de ese estado mental.
-       Quien refrena su cólera vence a su peor enemigo. (Proverbio latino)
-       Vivirás buena vida si refrenas tu ira. (España)
-       Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza.

Para esto es conveniente, si las circunstancias lo permiten, dejar pasar el tiempo necesario para aquietarse.
-       El mejor remedio para la ira es la dilación.
-       Para mañana sólo es bueno dejar la ira. (Checoslovaquia)
-       Vale más pasar la noche con la ira que con el arrepentimiento. (Refrán árabe Tuareg)

CONSIDERACIONES FINALES
Por falta de cultura moral ante el enojo la persona se enfada por causas inapropiadas, contra quien no debe, de manera incorrecta o en el lugar o momento inadecuados, por lo que sus acciones no son efectivas y con ellas sus problemas no se resuelven, sino que se mantienen igual o empeoran. Otra desviación importante es la falta de capacidad para controlarse que se manifiesta en una agresividad desordenada y socialmente inadecuada, por lo general súbita, luego de la que casi siempre existe arrepentimiento. Por su parte, quien no se enoja con nadie, en ninguna circunstancia, por lo general no establece límites y es irrespetado. Como propuesta de actitudes saludables pueden mencionarse el enfadarse con quien se debe, por causas apropiadas, del modo correcto, en el momento oportuno y en el lugar adecuado. Para esto es necesario abstenerse de tomar decisiones airado y si las circunstancias lo permiten dejar pasar el tiempo necesario para serenarse.

Esto es todo por hoy, luego seguimos con más. Muchas gracias.

ENOJO PROPIO por Arturo José Sánchez Hernández.


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