Las
cualidades: prudencia, justicia, fortaleza y moderación son
consideradas como el fundamento de todas las demás, y están estrechamente
interrelacionadas, al punto de que el mal funcionamiento de alguna de ellas se
expresará en alteraciones de las otras.
De
esta manera, la prudencia, como
capacidad para precisar qué es lo que más conviene y tomar decisiones al
respecto, sin justicia, degenera en
irrespeto a las normas de convivencia y al derecho ajeno, y sin fortaleza en la ridiculez del que sabe
lo que debe hacer y termina actuando de otra forma, muchas veces en perjuicio
propio.
- Prudencia sin justicia es irrespeto
y sin fortaleza, inutilidad.
La
justicia sin prudencia degenera en la torpeza del que tiene dificultades para
determinar las maneras más convenientes de exigir los derechos propios
respetando los ajenos, y cómo resolver los posibles conflictos entre las
necesidades propias y las normas sociales que regulan su satisfacción.
- Justicia sin prudencia es torpeza.
Y
sin fortaleza, en la debilidad ridícula
del que sabe sobre qué principios edificar su comportamiento, pero es incapaz
de sobreponerse a presiones externas e internas para hacerlo, ante las cuales
termina claudicando.
-
Justicia
con debilidad es ridiculez.
-
Para tener
principios, tener coraje.
Por
su parte, la fortaleza sin justicia degenera en crueldad o
capricho del que hace un uso incorrecto del poder, y sin prudencia en la inflexibilidad del que es incapaz de darse cuenta
cuando hay que modificar decisiones y procedimientos.
- Fortaleza sin justicia es crueldad y
sin prudencia, inflexibilidad.
Dado
que la moderación permite evitar los
excesos y las insuficiencias es necesaria a la justicia, fortaleza y moderación
para que no degeneren en sus respectivos extremos viciosos, por lo que habrá inmoderación
en cualquiera de las desviaciones de estas últimas.
-
En el
medio está la virtud. (Locución latina: In medio stat virtus)
-
Entre el
freno y la espuela se logra un buen medio.
-
Ni tanto
arre que huya, ni tanto so que pare. (Galicia, España)
-
Ni tan
frío que hiele, ni tan caliente que pele.
-
Ni tan
alto que llegue al cielo, ni tan bajo que se arrastre por el suelo.
-
Tan malo
es pasarse como no llegar.
Solo
con la existencia armónica de estas cuatro cualidades puede decirse que se es
capaz de ejercer un gobierno adecuado sobre sí mismo, lo cual es condición
imprescindible para poder ejercer un buen gobierno sobre otros.
-
Solo el
que se manda, manda. (José Martí)
CONSIDERACIONES FINALES
La
prudencia sin justicia degenera en irrespeto a las normas de convivencia y al
derecho ajeno, y sin fortaleza en la
debilidad del que sabe lo que debe hacer y termina actuando de otra manera. La justicia sin prudencia degenera en la ceguera mental del que tiene dificultades para
determinar las maneras más convenientes de exigir los derechos propios
respetando los ajenos, y sin fortaleza
en la debilidad del que sabe sobre qué principios edificar su comportamiento,
pero claudica ante presiones externas o internas.
La
fortaleza sin justicia degenera en crueldad o capricho del que hace un uso
incorrecto del poder, y sin prudencia
en la inflexibilidad del que es incapaz de darse cuenta cuando hay que modificar
decisiones y procedimientos. Dado que la moderación
consiste en evitar tanto los excesos como las insuficiencias, es necesaria a la
justicia, fortaleza y moderación para que no degeneren, por lo que habrá inmoderación
en cualquiera de las desviaciones de estas.
Esto es todo por hoy, luego seguimos con más. Muchas gracias.
VIRTUDES CARDINALES por Arturo José Sánchez Hernández.
ENTRADAS RELACIONADAS: Firmeza, prudencia, moderación I, moderación II, justicia, autocontrol, valentía, paciencia, perseverancia, ecuanimidad, resignación.
Conéctate
conmigo:
About.me: https://about.me/arturojose
Facebook: https://www.facebook.com/arturojose70
Twitter: https://twitter.com/arturojose70
¿Qué otros temas te gustaría que fueran tratados?
***~~~***
No hay comentarios:
Publicar un comentario