En la ruta hacia la
consecución de nuestras metas siempre aparecen infinidad de dificultades, y
muchas de ellas dentro de uno mismo en forma de dudas, desgano y hasta deseos
de abandonar la batalla. Una cualidad necesaria para no rendirse es la
perseverancia. ¿En qué consiste esta y cuáles son sus extremos viciosos?
Ella es la firmeza en
los propósitos a pesar de los obstáculos internos y externos que aparecen en el
camino hacia el logro de los mismos.
Esta cualidad es sumamente
importante sobre todo para alcanzar aquellos propósitos que exigen un largo
tiempo y mucho esfuerzo.
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No se ganó Zamora en una hora. (España)
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Un solo golpe no derriba un roble. (España)
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La gota horada la piedra, no por fuerte sino
por frecuente.
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Agua blanda en piedra dura, tanto da que hace
cavadura. (España)
¿Cuáles son sus extremos
viciosos?
En primer lugar, la
inconstancia del que desiste con facilidad en circunstancias en las que no debería
hacerlo, por lo que no obtiene resultados que exigen un poco más de esfuerzo.
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Sin aplicación no hay premio.
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Aquel cuyo espíritu es inconsistente como la
espuma de la leche, no edifica en la vida nada duradero. (Refrán árabe Tuareg)
En el otro extremo se
encuentra la obcecación del que es incapaz de renunciar a sus objetivos o replanteárselos
a pesar de lo insensato de los mismos, con lo cual persiste en el error.
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Hay un momento para intentar y hay un momento
para desistir. (Eclesiastés: 3,6)
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Debe hacerse en cada momento lo que en cada
momento es necesario. No debe perderse el tiempo en intentar lo que hay
fundamentos sobrados para creer que no ha de lograrse. (José Martí)
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El hombre que ha cometido un error y no lo
corrige, comete otro error. (Confucio)
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No es un buen pájaro al que le hacen dos
tiros en el mismo palo.
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Errar es de humanos, persistir en el error es
de necios.
CONSIDERACIONES
FINALES
La perseverancia es
la firmeza en los propósitos a pesar de los obstáculos internos y externos. En
uno de sus extremos viciosos se encuentra la inconstancia del que desiste con
facilidad y en circunstancias en las que debería persistir. En el otro extremo
está la obcecación del que es incapaz de replantearse o renunciar a sus metas
aun con elementos sobrados que indican que persistir es una necedad.
Esto es
todo por hoy, la semana que viene seguimos con más de la microdosis. Muchas
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