Otra
desviación relacionada con el amor propio es la vanidad la cual consiste en un alto concepto de sí mismo basado en
cualidades o logros inútiles o de poca importancia, acompañado de un deseo
excesivo de alabanzas y de ser admirado y reconocido por otros.
- El vanidoso padece de
una verdadera sed de alabanzas.
- Para los vanidosos todos los demás hombres son
admiradores. (Antoine de Saint-Exupéry)
-
Al oro y la
plata, el fuego los prueba; al hombre lo prueban las alabanzas. (Proverbios:
27,21)
La
vanidad guarda una estrecha relación
con la soberbia y la envidia. Las
tres nacen de la comparación con los demás y comparten el no tolerar verse
igualados o superados de lo que con gran frecuencia se derivan acciones
injustamente obstructivas o dañinas a los intereses de otros. Pero mientras el
envidioso se estima, con razón o sin ella, incapaz de igualar o superar al
prójimo y tiene sentimientos de inferioridad e inconformidad consigo mismo; el vanidoso
y el soberbio se complacen con ellos mismos al superar al prójimo, o creer
hacerlo.
Como
diferencias entre la soberbia y la vanidad puede mencionarse que en la primera hay
complacencia con logros o cualidades personales importantes y útiles; mientras
que en la segunda la hay con atributos inútiles o de poco valor.
-
La vanidad
es el brillo de un cántaro roto. (India)
-
Aquel que
permanece en puntas de pie no se para firme. (Lao-Tse)
En
la soberbia existe una sed de dominio y ser venerado por todos, en la vanidad el
anhelo es de aprobación y de ser considerado dotado de condiciones
excepcionales.
- La vanidad es la molicie del orgullo.
La
vanidad tiene los mismos inconvenientes de la soberbia en cuanto a que entorpece
las relaciones con los demás y provoca dificultades para reconocer errores y
superarlos. Además de esto el vanidoso se preocupa constantemente por las apariencias
al punto de llegar a ser ridículo aparentando ser lo que no es o tener lo que
no tiene.
- Mientras pensemos que valemos lo que aparentamos iremos mal.
- ¿Cómo puede el
entierro importar más que el muerto, la boda más que el amor o el envase más
que el contenido?
- ¿Por qué tanto afán
en impresionar gentes a las que no les importamos?
También
confiere una gran importancia a los comentarios de los demás lo que le produce preocupaciones
e inhibiciones innecesarias.
-
El que hace
caso a las calumnias no hallará descanso ni podrá vivir en paz.
(Eclesiástico 28,16)
-
El que se
indigna ante falsos rumores invita al rumor. (China)
-
Ni eres
mejor porque te alaben ni peor porque te vituperen; lo que eres, eres. (Kempis)
CONSIDERACIONES FINALES
Un
alto concepto de sí mismo basado en cualidades o logros inútiles o de poca
importancia, acompañado de un deseo excesivo de alabanzas y de ser admirado y
reconocido por otros, lo cual es vanidad, tiene los mismos inconvenientes que
la soberbia en cuanto a entorpecimiento de las relaciones interpersonales y
persistencia en el error. Además de esto provoca preocupación constante por los
comentarios de los demás y las apariencias lo que genera inhibiciones
improductivas y ridiculez al esforzarse en fingir ser lo que no se es o tener
lo que no se tiene.
Esto
es todo por hoy, luego seguimos con más. Muchas gracias.
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