jueves, 19 de abril de 2018

Dinero I

Por falta de cultura sobre el manejo de los recursos financieros muchos han perdido una verdadera fortuna o sin llegar a perderla no la han disfrutado. ¿Cuáles son los principales vicios de los que hay que cuidarse en este sentido?

Con relación a los procesos de búsqueda, ahorro y gasto de dinero se pudieran mencionar como desviaciones más importantes a la codicia, la avaricia y la prodigalidad. La primera es el afán desordenado de adquirir siempre más, lo que hace que nunca se esté conforme con lo alcanzado.
-       La muerte, el sepulcro y la codicia del hombre jamás quedan satisfechas. (Proverbios 27,20)
-       Échale paja al fuego y riqueza al codicioso y ninguno de los dos se hartan.

El codicioso pierde la noción de cuando parar por lo que con gran frecuencia frustra el logro de una ganancia moderada pero suficiente por el ansia de un lucro exorbitante, o pasa de una situación de vida razonablemente confortable a la aflicción.
-       Por ganar lo poco, perdió lo mucho el loco. (España)
-       El que se deja llevar por la codicia sin mirar en las consecuencias, cae en la aflicción. (Panchatantra)

También pudiera no reparar en los medios empleados para obtener el objeto de su anhelo y cometer cualquier género de maldad.
-       El amor al dinero es raíz de toda clase de males. (1 Timoteo. 6,10)
-       El que ama el dinero se extraviará por él. (Eclesiástico 31,5)
-       El dinero es un buen sirviente, pero un mal amo.

Un vicio muy parecido a la codicia es la avaricia la cual consiste en el anhelo vehemente de adquirir y poseer riquezas con el único fin de atesorarlas lo que trae como consecuencia que se llegue a vivir en condiciones precarias aun con medios suficientes para vivir holgadamente.
-       Está en medio del río y se muere de sed el mezquino.

El avaro no solo deja insatisfecha muchas de sus necesidades, sino también de aquellos que dependen económicamente de él.
-       El que es tacaño con sigo mismo, ¿Con quién será generoso? No saca provecho ni de sus propios bienes. (Eclesiástico 14,5)

Y está contantemente preocupado por las formas de ocultar y proteger mejor sus riquezas y de gastar menos, por lo que además de sufrir todas las penalidades del que no tiene nada sufre al mismo tiempo todas las preocupaciones del que tiene mucho.
-       No hay avaricia sin pena. (España)
-       El avariento, ni pobre ni rico está contento. (España)

Si el avaro no destruye sus riquezas antes de morir, estas serán de quien no se esforzó para obtenerlas.
-       ... Hay quien pone sabiduría, conocimientos y experiencia en su trabajo, tan solo para dejárselo todo a quien no trabajó para obtenerlo. (Eclesiastés 1,21)
-       Se ve que todos mueren por igual, lo mismo los sabios que los tontos, y se quedan para otros sus riquezas. (Salmos 49(48),10)

Y como apenas se valora lo que se adquiere sin sacrificios ni dolores, es muy probable que su heredero despilfarre lo que con tanto esfuerzo el avaro ganó y atesoró.
-       Guarda el avaro su dinero para que lo derroche el heredero. (España)
-       Guardar, guardadores, para buenos gastadores. (España)

El otro vicio, la prodigalidad, es el gasto excesivo de forma habitual que conlleva al consumo del propio patrimonio y a la depauperación económica, por lo que tanto el pródigo como los que de él dependen llegan a estar sin los medios necesarios para vivir, o se ven, por esta causa, viviendo en situaciones muy precarias.
-       Dónde sacan y no echan, buscan y no encuentran. (España)
-       A pobre viene quien, gasta más de lo que tiene.
-       El dinero del tonto se escurre pronto. (España)

El pródigo gasta desordenadamente sus recursos financieros sin una percepción realista de posibles necesidades futuras o del tiempo de vida que pudiera quedarle.
-       Los avaros atesoran como si fueran a ser eternos y los derrochadores gastan como si fueran a morir hoy.

Una propuesta de actitud saludable pudiera ser el colocar la adquisición, ahorro y gasto de dinero en el lugar que les corresponde y no como un objetivo central al que se subordine la existencia, de manera que estas operaciones se efectúen en función de la satisfacción de necesidades y tomando en consideración la fragilidad y brevedad de la vida humana.
-       El dinero es para el hombre y no el hombre para el dinero.

CONSIDERACIONES FINALES
El afán desordenado de adquirir siempre más hace que nunca se esté conforme con lo alcanzado, que se pierda la noción de cuando parar y se caiga en peligrosos excesos, y que se comenta cualquier género de maldad. El anhelo vehemente de adquirir y poseer riquezas con el único fin de atesorarlas trae como consecuencia que se llegue a vivir en condiciones precarias aun con medios suficientes para vivir holgadamente, y que se sufra al mismo tiempo las penalidades del que no tiene nada y las preocupaciones del que tiene mucho. Por su parte el gasto excesivo de forma habitual conlleva al consumo del propio patrimonio y a la depauperación económica, por lo que tanto el pródigo como los que de él dependen llegan a estar viviendo en situaciones muy precarias.

Esto es todo por hoy, luego seguimos con más. Muchas gracias.

 

Actitudes ante el dinero I por Arturo José Sánchez Hernández.

 
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